La ansiedad es, por desgracia, uno de los problemas más comunes por el que las personas acuden a terapia.
Se manifiesta en varios grados de intensidad como respuesta a una situación personal concreta. También se puede experimentar de forma generalizada, sin un desencadenante aparente.
Se trata de un cuadro de síntomas tales como angustia, taquicardia y ahogo, entre otros, resultado de anticipar situaciones que se han llegado a interiorizar como amenazantes.
Hablamos de un estado de alerta desproporcionado, que llega a ser desbordante física y emocionalmente para quien lo padece.