Terapia con gemelos y mellizos

Llevo tiempo con ganas de escribir este artículo, pues es un tema que me toca directamente al tener como hermano a un gemelo. El artículo está basado en mi propia experiencia y en el trabajo personal que he estado haciendo en relación a este asunto. Además, también he tenido la oportunidad de tener contacto con otras personas en mi misma situación que han confirmado y enriquecido mis conocimientos al respecto.
Considero que aún hay poca conciencia sobre la profundidad que encierra este tema. Se habla mucho de la conexión tan grande que pueden llegar a tener, pero en realidad se piensa poco en cómo viven el proceso de desarrollo conjunto.
En esta primera parte quiero compartir algo de información sobre el vínculo existente entre ellos, el cual emerge de forma natural a nivel interno. Los gemelos lo viven como algo normal, pero al resto de personas les parece curioso e interesante. La comunicación existente es muy particular y profunda, dándose tanto a nivel verbal como no verbal.
Los gemelos suelen tener un conocimiento compartido bastante grande y entienden muchos mensajes implícitos o sutiles que quizás se les puedan escapar a otras personas. Por eso pueden llegar a comunicarse desde edades muy tempranas, incluso antes de comenzar a hablar. Esta capacidad de entendimiento que surge de forma natural podría requerir mucho más tiempo en desarrollarse en otras personas.
También existe un fuerte vínculo energético, tanto sensorial como emocional. De ahí los casos conocidos en los que, a pesar de la distancia, un hermano puede percibir o sentir algo de lo que le está pasando al otro.
La siguiente parte de la que quiero hablar es el tema que suele pasar más desapercibido: el de la etiqueta común. Lo que en mucha ocasiones se pasa por alto es que tras el cartel de “gemelos” existen dos individuos, cada cual con su forma de experimentar la vida y una manera personal de entenderla. Esto también ocurre a veces con los mellizos, sobre todo si son del mismo sexo.
En muchos casos este trato conjunto resta más que suma, ya que desde pequeños se les hace entender que forman parte de lo mismo y, por lo tanto, se les dificulta la capacidad de forjar su propia identidad y de ocupar su espacio personal.
A nivel de comportamiento en ocasiones esta limitación no se percibe claramente, pues es una experiencia interna que se va consolidando de forma no consciente y que tendrá visibilidad en un futuro. Saldrá a la luz sobre todo cuando necesiten enfrentarse solos en la vida y se encuentren con una falta de estructuración interna para hacerlo sin el hermano a su lado.
Para procurar un cuidado especial durante la infancia será necesario tener en cuenta diferentes premisas dependiendo del entorno:
a) Diferenciación. Es común que se les llamen por el atributo de «gemelos», «mellis» o que las personas de alrededor se confundan de nombre a la hora de dirigirse a ellos. Más allá de estos errores habituales, supone una atención extra y una consideración por parte de los miembros más cercanos de la familia intentar diferenciarlos y darles a cada uno su espacio.
También hay muchas veces que se opta por vestirlos iguales, lo cual suele generar mucho debate. Lo más perjudicial para el desarrollo de estos hermanos es que el propio entorno tiende a confundirlos, por lo que es recomendable no contribuir a crear una identidad común y potenciar y resaltar la individualidad de cada uno.
b) Gustos y actividades. Es necesario agudizar la escucha hacia cada hermano para conocer mejor sus preferencias y necesidades, más allá de la comodidad que supone terminar aplicando las mismas decisiones para ambos. No es aconsejable que hagan la misma actividad por inercia y facilidad de los padres. La clave es ayudar a fomentar la elección propia, sobre todo en los momentos que no estén juntos, para que así no se condicionen y desarrollen sus gustos individuales.
c) Cualidades. Como en la relación con cualquier hijo, es necesario saber cuáles son los puntos fuertes y no tan fuertes de cada uno de ellos. En el caso de los gemelos es igual, por lo que habrá que prestar mucha atención en evitar la comparación entre ellos para no fomentar la frustración en exceso y poder apoyarlos diferenciadamente.
Estas premisas son unas cuantas ideas a tener en cuenta pero, bajo mi experiencia personal, es aconsejable tratar con profesionales entendidos en el tema para entender las claves de un desarrollo óptimo en estos hermanos en apariencia iguales y muchas veces también incluso en el trato que reciben.
La terapia con gemelos no se dedica sólo a tratar con los niños, sino también con la unidad familiar, para así revisar y abarcar de forma amplia el alcance que puede tener el vínculo entre estos hermanos.
Sobre José Vertedor
Terapeuta, chamán y coordinador de Terapia Humanista. Ofrece sus servicios como terapeuta y como guía espiritual en el centro. Focaliza su trabajo en la conexión profunda que puede ejercer una persona sobre sí misma, elevando la conciencia y despertando la sabiduría interior. Para todo ello José se sirve de algunas técnicas como reconexiones, regresiones, sabiduría animal, gestalt y EFT, entre otros.