Carta al superego

Todavía identifico ser bueno y responsable con el hecho de estar en la conciencia. Ego tramposo. La conciencia se identifica en mi superego (que sigue siendo ego) y no me permite ser, tan sólo juzgarme y hacerme sentir merecedor de la vida SIEMPRE que siga el buen camino…
Luego ser consciente en mi caso no significa ser bueno. Tampoco ser responsable. Y mientras escribo esto surgen de nuevo el miedo y los fantasmas: «¡Te vas a perder!» «¡Te vas a disolver!»
Y otro aún más tenebroso: «¡Cuidado! Te van a señalar, te van a juzgar y van a hacer sentirte peor cuando te acusen de que no sabes lo que haces». Este fantasma sigue tocando mi herida de que todo lo que sale de mí es indigno, fuera de Dios y, por lo tanto, punible.
Quiero sentirme libre para ser libre. Quiero ser libre para sentirme libre. Quiero hacer lo que me dé la gana para saciar mi vida. Quiero perderme , encontrarme y no sentirme culpable ni juzgado por nada de ello.
No quiero más sucedaneos de padres y madres. Quiero y decreto mi derecho a seleccionar a las personas que, más allá de sus juicios, saben cómo hacer para no dejarse llevar por ellos, para así respetarme y cuidarme como me merezco, sin decirme lo que tengo o no que hacer.
Quiero que me den el derecho a ser. Quiero darme el derecho a ser y a disfrutar de ello. También pongo mi intención ahí, a pesar de mis fantasmas, que desde el ego se proyectan en cualquier persona que me rodea, potencialmente dañina en sus críticas y revestidas en algo que dicen que es «amor», «conciencia» o «preocupación por mi».
Sí, me he tragado la Santa Inquisición. Así que aquí estoy para protegerme de ella y para sentirme libre siempre que pueda, que no resulta ser todo lo que me gustaría.
Mucha paciencia y mucho amor para ese ser vulnerable que soy, que se olvida en multitud de ocasiones que es bueno por naturaleza, aunque sea «malo» a juicio del superego.
Sobre Antonio de la Torre
Psicólogo responsable y fundador de Terapia Humanista.Pasa consulta en el centro desde sus inicios. Participa de forma activa en la expansión de conciencia a través de su labor como psicoterapeuta gestalt y transpersonal, sirviéndose de grandes herramientas terapéuticas como el eneagrama, ICV, SHEC o EFT.