Eneatipo 1: Ira – El perfeccionista
Pasión dominante: Ira
El llamado «perfeccionista» pertenece, junto a los eneatipos Ocho y Nueve, a la tríada visceral, donde se sitúa la energía de la ira y de la pulsión. El Uno reprime dicha energía. La contiene de tal manera que, por tendencia, no suele permitirse abiertamente la agresividad.
Suelen tener un alto grado de exigencia con los demás debido a que se exigen mucho a sí mismos.El eneatipo Uno siente estar en posesión de la verdad, lo cual le da derecho a reconducir a los demás (y a sí mismo) a través de la crítica. Suele ir por el mundo como una persona adulta y madura que siente como si estuviera continuamente rodeado de niños faltos de valores.
Fijación
Si bien la pasión dominante es la ira, desde un punto de vista mental, la fijación bajo la cual se sustenta el Ego es la necesidad de hacer justicia. Muchos de sus razonamientos apoyan su actitud ante el mundo y no le permiten tomar conciencia del daño que se puede llegar a hacer a sí mismo y a los demás con su exigencia.
- “Si quieres que las cosas salgan bien, hazlas tú mismo”.
- “Si todos pensaran e hicieran como yo, el mundo iría mucho mejor”.
- “La obligación es antes que la devoción”
- “No entiendo cómo las personas pueden llegar a tener tan pocos valores”
Miedo básico
Este eneatipo se siente imperfecto debido a ese listón que se pone sobre cómo deberían ser las cosas, la supuesta perfección. El miedo marcó al Uno en el momento que interiorizó el concepto de: “si no lo hago lo suficientemente bien, no conseguiré el amor”.
Mecanismo de defensa
El mecanismo de defensa por excelencia en este eneatipo es la formación reactiva: la expresión contraria al deseo interior, debido a que éste se censura.
Un ejemplo claro lo encontramos en el personaje del coronel y vecino del protagonista en la película American beauty, un tipo uno que mostraba su repulsa a los homosexuales bajo su coraza homofóbica cuando, en su interior, el deseo que estaba presente era precisamente dicha orientación sexual.
Infancia
En su infancia los Uno suelen haber sido niños buenos y responsables que no se han permitido (o no se les ha permitido) ser niños.
Puede haber un progenitor muy represor (posiblemente del mismo eneatipo) que ha frenado cualquier expresión visceral. Esto explica que, bajo esta imagen de responsable y de persona con sólidos principios, se esconda un profundo miedo a ser malo, a que haya algo erróneo en sí mismo, a perderse y a pervertirse.
Toda energía que proviene del instinto puede dañar la supervivencia del niño, así que se refugia en un escudo de autocontrol.
Por el contrario, también cabe la posibilidad de que los padres hayan podido ser demasiados flexibles y muy poco normativos en la educación del hijo, de tal manera que ha sido el propio niño quien ha necesitado marcar sus propios límites y autoimponerse un código ético de conducta.
Sexualidad
En el campo de la sexualidad, suele haber un cierto puritanismo que se rige por el control de sus impulsos. En algunas ocasiones, esta tendencia comedida puede mezclarse con conductas sexuales donde la persona se permite descontrolar, para luego reautoafirmarse en que lo que ha sucedido es algo malo y volver así de nuevo a ponerse bajo las riendas de la represión.
Morfología
Corporalmente suele haber una tendencia a la rigidez, con expresiones serias y severas, mirada enjuiciadora y rasgos faciales puntiagudos.
Suele tener un porte distinguido, con la cabeza alta, los hombros en tensión y el cuerpo contenido. Tiende a mostrar una apariencia de cierta elegancia, propia de la sociedad aristocrática. La imagen del típico inglés de clase alta encajaría muy bien con un eneatipo Uno: ropa inmaculada donde no se da lugar a la imperfección de una arruga.
La contención de la ira se puede observar directamente en la frunción de la mandíbula. Los dientes apretados son un claro ejemplo de la energía que gastan en contener el impulso que le puede llevar a perder el control. De hecho, muchos Uno argumentan tener molestias por la mañana tras una noche de rechinar los dientes mientras dormían.
Los ojos desprenden enjuiciamiento. Cuando el perfeccionista posa su mirada ante otro, éste último puede llegar a sentir que hay algo malo en él, como si estuviera manchado o hubiera hecho algo completamente inapropiado.
El tono de voz suele ser claro, escueto y preciso. No necesita andarse con rodeos, dice lo que tiene que decir de forma directa y seca.
Carácter dinámico
En situaciones de estrés, el Uno tiende al eneatipo Cuatro. De esta manera, puede llegar a sentirse incomprendido y a abandonarse en fantasías y ensoñaciones que, en raros casos, se atrevería a llevar a cabo.
Llega a hundirse a veces en el dramatismo, el aislamiento y el estallido emocional, pues no se siente suficientemente valorado. Son los momentos en los que su superyó se relaja lo suficiente como para abandonarse y descuidarse (tendencias depresivas, conductas viciosas e incluso autolesiones).
Por otro lado, el camino al bienestar contempla el movimiento hacia el Siete, a desdramatizar/se y permitirse entrar en la espontaneidad del niño interior, dejándose llevar más por la flexibilidad y la tolerancia hacia sí mismo y lo que le rodea.
Conclusiones
En resumen, un eneatipo Uno se define por ser alguien eminentemente perfeccionista, útil, serio, responsable, con elevados valores, riguroso, controlado, adoctrinador, bienintencionado, arrogante, trabajador, estricto, distante emocionalmente, crítico y práctico.
- Bernarda, madre protagonista de “La casa de Bernarda Alba” (Federico García Lorca)
- El coronel Frank Fitts, interpretado por Chris Cooper en “American beauty” (Sam Mendes)
- Erika Kohut, interpretado por Isabel Hupper en “La pianista” (Michael Haneke)
- La señorita Rottenmeyer, de la serie de animación “Heidi”.
- Mary Poppins, protagonista de la película de Walt Disney.
Más artículos sobre el Eneagrama
- Introducción al eneagrama.
- Entendiendo el eneagrama: leyes, subtipos y alas.
- Eneatipo 1: Ira – El perfeccionista.
- Eneatipo 2: Soberbia – El ayudador.
- Eneatipo 3: Vanidad – El triunfador.
- Eneatipo 4: Envidia – El individualista.
- Eneatipo 5: Avaricia – El investigador.
- Eneatipo 6: Miedo – El leal.
- Eneatipo 7: Gula – El entusiasta.
- Eneatipo 8: Lujuria – El desafiador.
- Eneatipo 9: Pereza – El pacificador.
Sobre Antonio de la Torre
Psicólogo responsable y fundador de Terapia Humanista.Pasa consulta en el centro desde sus inicios. Participa de forma activa en la expansión de conciencia a través de su labor como psicoterapeuta gestalt y transpersonal, sirviéndose de grandes herramientas terapéuticas como el eneagrama, ICV, SHEC o EFT.
Siento mucha compasión por ese 1 del artículo y por mi misma, yo también fuí una vez así. El artículo es muy bueno, no se le escapa nada, y muy fácil y ameno de leer. Creo que está tratado con mucha ternura, yo me quedo con «un niñ@ herido que necesita mucho consuelo y amor porque tiene mucho miedo a que no le quieran.» Muchas gracias. Besitos
muy bien buen post