Un enfoque cercano y amoroso
[vc_row full_width=»0″ full_height=»0″ sep_bottom=»separator_bottom sep_angled_positive_bottom» particles=»0″ el_id=»formulariocita»][vc_column width=»2/3″ margin=»margin_bottom_grid»][vc_column_text]Dentro de la psicología existen muchas formas de trabajar y hallar las respuestas a nuestros problemas. Mientras algunas se centran en analizar los síntomas para ponerles remedio, otras buscan, además, el conflicto interno que los origina.
La psicología humanista se encuentra en este segundo grupo y engloba, entre otros, el análisis transaccional, el análisis bionergético o la terapia Gestalt.
Son muchas las ideas que se vienen a la cabeza cuando se habla del “psicólogo”. En la terapia humanista, terapeuta y cliente se sitúan en un mismo nivel, de manera que no se ve al primero como la figura experta que toma el rumbo de las sesiones.
En estos casos, se confía plenamente en las habilidades y recursos internos de las personas que acuden a consulta para avanzar hacia su propia salud y bienestar. Gran parte del trabajo consiste en hacer aflorar a la conciencia dichos recursos.
El terapeuta contempla el momento presente que vive la persona y se trabaja únicamente en aquello que el cliente se ve preparado para tratar, respetando el ritmo de cada proceso y las necesidades individuales, pues no todos somos iguales ni nos van igual de bien los mismos métodos o herramientas terapéuticas.[/vc_column_text][vc_text_separator title=»Guía para el futuro cliente» title_align=»separator_align_left»][vc_tta_accordion style=»modern» shape=»square» color=»white» spacing=»10″ c_icon=»chevron» active_section=»0″ collapsible_all=»true»][vc_tta_section title=»¿Cómo puede ayudarte?» tab_id=»1447164768644-f34da3d7-7351″][vc_column_text]Mediante la terapia humanista, el abanico de posibilidades en cuanto a su utilidad se expande desde múltiples problemas personales concretos hasta las necesidades más elevadas y complejas relacionadas con la calidad de vida.
Éstos son algunos ejemplos de posibles situaciones donde la terapia humanista puede actuar:
Problemas personales: adicción a las drogas, alcohol, abuso o intolerancia a la comida, traumas, depresión, sexualidad, abandono…
Conflictos relacionales: relaciones familiares, de pareja, duelos, pérdidas, timidez, inseguridad, fobia a hablar en público, reeducación en habilidades sociales…
Problemas laborales: desorientación laboral, estrés, ansiedad, frustración, toma de decisiones, trabajo en equipo…
Crecimiento personal: autonomía, necesidades personales, autoestima, calidad de vida, inquietudes…[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»¿Cuándo acudir a terapia?» tab_id=»1447164768106-10a7f0c6-9da8″][vc_column_text]
En realidad, cada persona encuentra sus propios motivos para acudir a consulta, todos ellos muy íntimos y respetables. Por lo general, la terapia puede utilizarse para tratar unos problemas concretos. Sin embargo, muchas personas encuentran en ella una forma de desarrollarse plenamente y autosuperarse. En definitiva, “crecer personalmente”.[/vc_column_text][/vc_tta_section][/vc_tta_accordion][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_text_separator title=»Solicitar cita previa» title_align=»separator_align_left»]
[/plethora_headinggroup][plethora_button button_text=»Pide tu cita ahora» button_link=»url:%23formulariocita|||» button_size=»btn-lg» button_align=»text-center» button_style=»btn-secondary» button_with_icon=»with-icon» button_icon=»fa fa-calendar» button_icon_align=»icon-right»][/vc_column][/vc_row]